lunes, 9 de octubre de 2017

Confiar



Confiar

«Las aventuras no empiezan hasta que no entras en el bosque. Ese primer paso es un acto de fe». MICKEY HART.

La creatividad precisa de la fe. La fe precisa que renunciemos al control. Esto da miedo, y nos resistimos a ello. Nuestra resistencia a la propia creatividad es una forma de autodestrucción. Arrojamos obstáculos en nuestro propio camino. ¿Por qué hacemos esto? 

Para mantener la ilusión del control. La depresión, como la ira y la ansiedad, son resistencias, y crean malestar. Se manifiesta en forma de torpeza, de confusión, de un «no sé qué...». La verdad es que sí sabemos, y además sabemos que sabemos. Cada uno de nosotros tiene un sueño interior que podríamos desplegar si tuviéramos el valor de admitir cuál es. Y la fe de confiar en la propia aceptación. A menudo esa aceptación es muy difícil. Las afirmaciones clarificadoras pueden abrir la espita, por ejemplo: «Sé las cosas que sé», y esta otra: «Me fío de mi propia guía interna». Cada una de ellas terminará brindándonos la sensación de que vamos por nuestra propia dirección —¡a la que muchas veces procederemos a resistirnos con rapidez! Esta resistencia es muy comprensible. No estamos acostumbrados a pensar que la voluntad de Dios en nosotros pueda coincidir con nuestros propios sueños internos. Lo que hemos hecho ha sido tragarnos el mensaje de nuestra cultura: el mundo es un valle de lágrimas y lo que se supone que tenemos que hacer es cumplir con nuestro deber y morirnos. Pero lo cierto es que lo que debemos es ser dadivosos y vivir. El universo siempre apoyará la acción asertiva. El sueño más profundo que nosotros podamos tener siempre es la voluntad de Dios para nosotros. «No tengas miedo de los errores: no existen». MILES DAVIS

 El héroe y mentor de Mickey Hart, el difunto gran mitólogo Joseph Campbell, escribió: «Sigue a tu gozo y se abrirán puertas donde las puertas no existían». Es el compromiso interior de ser fieles a nosotros mismos y de seguir nuestros sueños lo que dispara el apoyo del universo. Mientras seamos ambivalentes, el universo nos parecerá también ambivalente y errático. 
El flujo de nuestra vida se caracterizará por repentinos chorros de abundancia y por largas temporadas de sequía, cuando nuestros suministros se reduzcan a un levísimo goteo. Si echamos la vista atrás, hacia los tiempos en los que el mundo parecía un lugar caprichoso y poco de fiar, veremos que también nosotros éramos ambivalentes y vivíamos en conflicto con nuestros objetivos y conductas. Una vez que disparemos un sí interno al afirmar nuestros objetivos y deseos más verdaderos, el universo funcionará como espejo de ese sí y lo expandirá. 
Existe un camino para cada uno de nosotros. Cuando estamos en el camino correcto, nuestros pasos son seguros. Sabemos cuál es la siguiente acción correcta, aunque no sepamos, necesariamente, lo que nos espera a la vuelta de la esquina. Confiando, aprendemos a confiar.

Este es un bellísimo artículo de la Escritora Julia Cameron.